MUTILADA OBRA DEL PREMIO NACIONAL DE ARTES PLÁSTICAS
En el Museo de Arte
Reina Sofía de Madrid se está celebrando
una exposición dedicada a Nacho Criado, artista imprescindible para el
conocimiento del Arte Contemporáneo en nuestro país. A veces sucede que, frente
a la luminosidad de un fantástico montaje expositivo, como este, aparecen
sombras que ocultan episodios que no queremos dejar en el olvido.
Son pocos los casos
en los que un artista cierre un proceso urbano que, pasado el tiempo, se
convierte en una referencia en la historia de una ciudad o de un territorio.
Sucedió en Madrid.
Hacia 1975 los barrios periféricos, que albergaron una generación de emigrantes
en durísimas condiciones de vida, sufrieron el acoso de una administración
ávida de recuperarlos como centro de la ciudad. Los vecinos resistieron y
demandaron permanecer en su barrio en mejores condiciones de vida. Y ganaron. Allí,
en el mismo lugar, se construyeron nuevas viviendas para alojar a más de 20.000
familias madrileñas.
En uno de aquellos
barrios, en Orcasur, se realizó una
experiencia hoy poco conocida, más bien olvidada: en aquel proyecto se agrupó a
profesionales con prestigio y dilatada experiencia como los arquitectos Oiza,
Moneo, Corrales, y otros de la nueva generación
de la Escuela de Arquitectura de Madrid, como los hermanos Casas o Aroca
entre otros; también se incorporaron sociólogos cultivados en los movimientos urbanos, como lo fue el
grupo CIDUR. Allí se debatieron las tendencias sobre la arquitectura del
momento, sobre la participación del nuevo movimiento vecinal y se
realizaron estudios sociológicos,
exposiciones y charlas, actividades de las que dieron cumplida crónica autores
como Manuel Castells entre otros.
El artista Nacho
Criado conoció de primera mano aquellos acontecimientos y le fue encomendada su
intervención en el último edificio, el Centro Cultural, el de mayor intensidad
icónica como referencia a los recientes episodios
vividos. Junto a los arquitectos F. González Atalaya y C. Gutiérrez Gómez, se proyectó el edificio dividido en dos espacios separados por un
gran telón móvil. Nacho Criado diseñó aquel telón teatral con chapas de zinc
soldadas con diferentes materiales plateados y fratasados con yodo, con lo que
adquiría un tono de “estucado oxidado”. Las soldaduras restañaban “desgarros”
al modo en que lo hizo Burri y al que Nacho entonces admiraba. El telón quedó
enmarcado por un muro que en su parte superior mantiene una alegoría clásica de
un frontón deteriorado en piedra granítica, como “procedente” de una simbólica ruina
de Piranesi, trazado en un plano oblicuo
al edificio.
Las experiencias artísticas
del momento influyeron en la concepción de la obra. De los escritos de Simón Marchán, quien luego sería el
organizador de su exposición de 1991, hoy reproducida en el pabellón de
Cristal, provenían conceptos relacionados con el valor estético de la ruina que
tendrían gran resonancia e influencia en los ámbitos artísticos. Nacho Criado los
asumió conceptualmente con la imagen del frontón clásico arruinado que “desaparece”
en el nuevo edificio y que representaba la culminación de la remodelación
del nuevo barrio. Desde esa perspectiva la obra sugiere el carácter de ruina de
un tiempo pasado, simbolizado por un reloj pétreo que se “desprende” del frontón,
deja un hueco circular vacío y se “inscrusta” en el paramento opuesto de la
sala. Ese recorrido espacial y temporal, que evoca un frontón clásico arruinado
y un reloj detenido en el tiempo, constituye una de las obras más lúcidas del Arte
Contemporáneo existente en nuestra ciudad.
Pues bien, lo que
hoy es actualidad, la magnifica exposición que patrocina el Museo Nacional
Reina Sofía en homenaje a Nacho, tiene su contrapunto, su lado oculto.
La obra de Nacho
Criado en Orcasur ha sufrido un grave atentado: el “telón metálico” ha sido mutilado
ocultándolo tras una pintura decorativa. Además, sobre el conjunto se proyecta
una intervención arquitectónica que
reduce las dimensiones de las salas centrales y oculta parte del resto de la
obra. Doble atentado entonces: contra la integridad de la obra plástica y
arquitectónica del edificio.
Como se trata de un
Centro Cultural, que es un edificio público y responsabilidad del Ayuntamiento
de Madrid, lo sucedido adquiere suficiente gravedad como para justificar la
intención de estas líneas que tratan de alertar a la opinión pública sobre
semejante disparate. No se pueden conceder el aplauso social, por un lado, con
un Premio Nacional de Artes Plásticas y, por otro, lanzar semejante bofetada
histórica.
Reiteradas veces nos
hemos dirigido al Ayuntamiento denunciando la mutilación y atentado contra la
integridad de la obra artística sin que hasta el momento se haya emprendido medidas
para la restauración y de reconocimiento de la autoría e integridad de la obra.
Es el momento de
restaurar y conservar integra la obra de Nacho Criado. Es el momento, también,
de sacar del anonimato una magnifica obra de arte y dignificar el recuerdo de
unos ciudadanos que supieron defender su permanencia en “un lugar” que ya les pertenecía.
Aroca Hernandez Ros.
Arquitecto. Catedrático.
Azurmendi Pérez
Luis. Arquitecto.
Gómez Carballo, Mª
Angeles. Arquitecto.
Subscriben
Agrupación de
Arquitectos en la remodelación de Orcasur
Aizpuru, Juana.
Galerista.
Arana del Valle,
Jose María, Arquitecto, Profesor
Arribas, Diego.
Artista. Profesor FBAH
ASOCIACION TAJAMAR de Cantabria.
ASOCIACION DE
VECINOS GRUPO MARTES DE ORCASUR
Badosa, Luis.
Catedrático UPV.
Barja, Juan.
Escritor. Circulo Bellas Artes de Madrid.
Concepción Gómez
Carballo. Lda. Ciencia Políticas
García, David.
Artista. Profesor FBA de UPV
Martinez Cano.
Artista. Profesor U.C.
Moure, Gloria. Doctor en Historia del Arte, curador independiente y
crítico de arte
Novo, María.
Catedrática UNESCO de Educación Ambiental y
Desarrollo Sostenible de la UNED.
Sircelj, Lidija. Arquitecto y Gestor artístico. Circulo Bellas Artes de Madrid.
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