28 sept 2012


MUTILADA OBRA  DEL PREMIO NACIONAL DE ARTES PLÁSTICAS

En el Museo de Arte Reina Sofía de Madrid  se está celebrando una exposición dedicada a Nacho Criado, artista imprescindible para el conocimiento del Arte Contemporáneo en nuestro país. A veces sucede que, frente a la luminosidad de un fantástico montaje expositivo, como este, aparecen sombras que ocultan episodios que no queremos dejar en el olvido.

Son pocos los casos en los que un artista cierre un proceso urbano que, pasado el tiempo, se convierte en una referencia en la historia de una ciudad o de un territorio.

Sucedió en Madrid. Hacia 1975 los barrios periféricos, que albergaron una generación de emigrantes en durísimas condiciones de vida, sufrieron el acoso de una administración ávida de recuperarlos como centro de la ciudad. Los vecinos resistieron y demandaron permanecer en su barrio en mejores condiciones de vida. Y ganaron. Allí, en el mismo lugar, se construyeron nuevas viviendas para alojar a más de 20.000 familias madrileñas.

En uno de aquellos barrios, en Orcasur, se realizó  una experiencia hoy poco conocida, más bien olvidada: en aquel proyecto se agrupó a profesionales con prestigio y dilatada experiencia como los arquitectos Oiza, Moneo, Corrales, y otros de la nueva generación  de la Escuela de Arquitectura de Madrid, como los hermanos Casas o Aroca entre otros; también se incorporaron sociólogos cultivados  en los movimientos urbanos, como lo fue el grupo CIDUR. Allí se debatieron las tendencias sobre la arquitectura del momento, sobre la participación del nuevo movimiento vecinal y se realizaron  estudios sociológicos, exposiciones y charlas, actividades de las que dieron cumplida crónica autores como Manuel Castells entre otros.

El artista Nacho Criado conoció de primera mano aquellos acontecimientos y le fue encomendada su intervención en el último edificio, el Centro Cultural, el de mayor intensidad icónica como referencia  a los recientes episodios vividos. Junto a los arquitectos F. González Atalaya y C. Gutiérrez Gómez,  se proyectó el edificio  dividido en dos espacios separados por un gran telón móvil. Nacho Criado diseñó aquel telón teatral con chapas de zinc soldadas con diferentes materiales plateados y fratasados con yodo, con lo que adquiría un tono de “estucado oxidado”. Las soldaduras restañaban “desgarros” al modo en que lo hizo Burri y al que Nacho entonces admiraba. El telón quedó enmarcado por un muro que en su parte superior mantiene una alegoría clásica de un frontón deteriorado en piedra granítica, como “procedente” de una simbólica ruina de Piranesi, trazado  en un plano oblicuo al edificio.

Las experiencias artísticas del momento influyeron en la concepción de la obra. De los escritos  de Simón Marchán, quien luego sería el organizador de su exposición de 1991, hoy reproducida en el pabellón de Cristal, provenían conceptos relacionados con el valor estético de la ruina que tendrían gran resonancia e influencia en los ámbitos artísticos. Nacho Criado los asumió conceptualmente con la imagen del frontón clásico arruinado que “desaparece” en el nuevo edificio y que representaba la culminación de la remodelación del nuevo barrio. Desde esa perspectiva la obra sugiere el carácter de ruina de un tiempo pasado, simbolizado por un reloj pétreo que se “desprende” del frontón, deja un hueco circular vacío y se “inscrusta” en el paramento opuesto de la sala. Ese recorrido espacial y temporal, que evoca un frontón clásico arruinado y un reloj detenido en el tiempo, constituye una de las obras más lúcidas del Arte Contemporáneo existente en nuestra ciudad.

Pues bien, lo que hoy es actualidad, la magnifica exposición que patrocina el Museo Nacional Reina Sofía en homenaje a Nacho, tiene su contrapunto, su lado oculto.

La obra de Nacho Criado en Orcasur ha sufrido un grave atentado: el “telón metálico” ha sido mutilado ocultándolo tras una pintura decorativa. Además, sobre el conjunto se proyecta una intervención arquitectónica  que reduce las dimensiones de las salas centrales y oculta parte del resto de la obra. Doble atentado entonces: contra la integridad de la obra plástica y arquitectónica del edificio.

Como se trata de un Centro Cultural, que es un edificio público y responsabilidad del Ayuntamiento de Madrid, lo sucedido adquiere suficiente gravedad como para justificar la intención de estas líneas que tratan de alertar a la opinión pública sobre semejante disparate. No se pueden conceder el aplauso social, por un lado, con un Premio Nacional de Artes Plásticas y, por otro, lanzar semejante bofetada histórica.

Reiteradas veces nos hemos dirigido al Ayuntamiento denunciando la mutilación y atentado contra la integridad de la obra artística sin que hasta el momento se haya emprendido medidas para la restauración y de reconocimiento de la autoría e integridad de la obra.  

Es el momento de restaurar y conservar integra la obra de Nacho Criado. Es el momento, también, de sacar del anonimato una magnifica obra de arte y dignificar el recuerdo de unos ciudadanos que supieron defender su permanencia en  “un lugar” que ya les pertenecía.


Aroca Hernandez Ros. Arquitecto. Catedrático.
Azurmendi Pérez Luis. Arquitecto.
Gómez Carballo, Mª Angeles. Arquitecto.

Subscriben
Agrupación de Arquitectos en la remodelación de Orcasur
Aizpuru, Juana. Galerista.
Arana del Valle, Jose María, Arquitecto, Profesor
Arribas, Diego. Artista. Profesor FBAH
ASOCIACION  TAJAMAR de Cantabria.
ASOCIACION DE VECINOS GRUPO MARTES DE ORCASUR
Badosa, Luis. Catedrático UPV.
Barja, Juan. Escritor. Circulo Bellas Artes de Madrid.
Concepción Gómez Carballo. Lda. Ciencia Políticas
García, David. Artista. Profesor FBA de UPV
Martinez Cano. Artista. Profesor U.C.
Moure, Gloria. Doctor en Historia del Arte, curador independiente y crítico de arte
Novo, María. Catedrática UNESCO de Educación Ambiental y Desarrollo Sostenible de la UNED.
Sircelj, Lidija. Arquitecto y Gestor artístico. Circulo Bellas Artes de Madrid.
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