MIS RECUERDOS

MIS RECUERDOS
Por María Angeles Gómez Carballo


AL PRINCIPIO

Conocí a Nacho cuando acabé Preuniversitario, en Octubre de 1964, en la Academia de preparación para arquitectura de Alfonso Aramburu. También iban a la misma, entre otros, Fernando González Atalaya, Josechu Arana, que serian amigos de Nacho para siempre, además de Javier Navarro de Zubillaga, que solo aparecía en calidad de “profe”, aunque posteriormente establecerían otro tipo de relación.

En Septiembre de 1967 conocí a Luis que ya era un gran amigo de Nacho, y pasó a ser también gran amigo mío.

Desde entonces hasta aquí ha sido como el que tiene un hermano, que aunque no se ven todos los días sino que a veces pueden pasar hasta años, sabes de su vida, y cada vez que le ves nuevamente empiezas con eso de “como decíamos ...”

EN MENGIBAR

Recuerdo las visitas a la casa de sus padres a Mengibar en 3 ó 4 ocasiones, que tenia que llamar su madre a la mía para que me dejaran ir (eran otros tiempos..), el trato con ellos, con su hermano Miguel, las visitas a Carmen, su hermana y Pepe a Linares, la casa del “tito” Luis (como decía Nacho) a recoger moldes para hacer las “flores” (dulces), la ensalada de zumo y trozos de naranja y de bonito en el patio encalado posterior de la casa, las veladas de los tres en la mesa redonda del comedor, mezclando el Nescafé con la leche para que quedara perfecto, de lo que Nacho era un experto, los saltos que pegaba Nacho cuando pasaba delante de la piscina (luego nos contó que era por si salían ratas), el concierto de Enrique Morente en Jaén, los paseos por Córdoba buscando no me acuerdo qué, pero que Nacho nos decía “ yo esto lo conozco muy bien, estuve aquí en el colegio”, lo que no impidió que pasáramos tres veces por la Plaza del Potro y ya no recuerdo si encontramos lo que buscábamos...

Recuerdo la presentación de Isa cuando vino a estudiar a Madrid, muy jovencita, las charlas en nuestra casa de Velayos hasta las 3 ó 4 de la mañana contándonos Nacho lo que iba a hacer, lo que tenía en la cabeza,... la temporada que Isa vivió en casa, su boda en Mengibar, con la cena en la piscina enfrente de su amigo Sebastián, y cómo además llevamos en el coche hasta allí a Eduardo Alaminos, que no paró de hablar en todo el camino, aunque lo pasamos muy bien.


EN MADRID Y ALGUNAS EXPOSICIONES

Recuerdo la llamada a las 3 de la mañana de un día de Noviembre de 1975 y la consabida canción “ya se murió el burro....” y recorrer luego Madrid al día siguiente de madrugada en el 600 viendo las colas.

De las muchas exposiciones recuerdo algunas como más cercanas, los Encuentros de Pamplona con la cúpula hinchable, los conciertos en la Ciudadela, las charlas en la plaza del Castillo... las bombas y sobre todo la exposición en la Galería Buades de 1974, ya que a los 2 ó 3 días nació nuestra hija Ana.


VIDA FAMILIAR

En los años 80 se produce como un ligero paréntesis en las relaciones quizás por una serie de acontecimientos: nacimiento de Gonza, fallecimiento de Ana, nacimiento de Lucía, nacimiento de Miguel.

En 1990, siendo Director de Cultura del Gobierno de Cantabria Joaquín Martínez Cano, pintor muy amigo nuestro, y que le había nombrado como jurado de un concurso en Santander, recibo una llamada de Nacho: “Nines, que he perdido el avión a Santander, "mira tú" si puedes llamar a Joaquín...” Había salido de su casa de Lope de Vega tres cuartos de hora antes para cruzar todo Madrid y llegar al aeropuerto. Como dice Fernando Castro “ el tiempo de Nacho no es el de los demás”.

En Julio de 1991 van a Noja Nacho y Gonza y Miguel cumple 3 años. Las fotos que se acompañan dan idea de lo que pasaba, las excursiones con no sé cuantos niños y sobre todo la que está Nacho con Miguel sentado encima, cosa que pasaba todas las noches, contándole los cuentos de “BABAR”, que por cierto todavía los tiene. Y luego está la del “jornalero andaluz” haciendo una muleta para Luis.










Sobre esa época supe de la existencia de Lidia, incluso en una ocasión nos invitó a una recepción a la Embajada de Eslovenia, pero por desgracia yo no la conocí hasta Octubre de 2008, aunque ahora me da la sensación que la conozco de siempre.

Y a ti te digo, Nacho, que además de alegrarme de ser tu amiga, y considerarte una de las personas más buenas que he conocido (aunque un poco informal con el tiempo) has conseguido que haya conocido a tanta gente, tu gente, y que ahora considero también mis amigos (y no me atrevo a nombrar a nadie porque seguro que alguien se me escapa), que me gustaría que el día que me pase lo mismo (aunque preferiría que tarde mas en llegar) supiera que dejaba detrás como mínimo la décima parte de amigos.


Gracias Nacho y un beso muy grande.