AGUR JAUNAK

CON EL GRUPO GAUR

por Luis Azurmendi


En Fuenterrabía acudimos al "estudio-leñera" de aquel hombre barbudo que "talaba" esculturas de madera y hacia "puzkarras" de barro como interpretación de antiguos juegos infantiles. Aquel hombre recio era el escultor Mendiburu. Nos contó cómo trenzó una frágil escultura de avellano que denominó "jaula de pájaros libres". Y, cómo, una noche de San Juan, un Ayuntamiento que la tenía en sus almacenes, la utilizó como tea para encender las hogueras festivas. Vino más gente a la improvisada tertulia: aquel estudiante de matemáticas, cuyo nombre no puedo recordar, estudiante en Alemania, con un debate sobre la Bauhaus y aquel imaginario de cine-pintura (era Sistiaga?). Estábamos con artistas del grupo Gaur. Tuvimos una muy viva conversación sobre la idea de alejarse de los centros urbanos y desarrollar la labor artística en el medio rural ó, por el contrario, la de mantener lo urbano y lo industrial como núcleo central de la actividad artística. Asomaba la vieja interpretación de las instalaciones religiosas medievales, los monasterios, como la reserva de una cultura en trance de desaparición.
Algo entendimos de lo que nos explicaban y el recuerdo de su franqueza  y su acogida han quedado imborrables.

Como dice la canción de allí: "¡Agur Jaunak...!" (Adiós Señor)